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sábado, 27 de agosto de 2016
PAMUKKALE
La formación caliza de Pamukkale (castillo de algodón en turco), junto a la ciudad romana de Hierapolis, construida sobre ella, es una de las zonas mas interesantes y que no se debe dejar de visitar en un viaje a Turquia.
Situada en el oeste de la Peninsula de Anatolia, cerca de la ciudad de Denizli, es una formación geológica de origen volcánico donde las aguas termales han formado durante milenios terrazas de carbonato cálcico que cubren la ladera montañosa allí presente.
Como el agua sigue fluyendo los depósitos siguen aumentando y el paisaje se va moldeando poco a poco.
Aunque el lugar ha perdido parte de su antiguo esplendor por el mal uso de el, decadas de abandono, la mala conservación, y los destrozos causados por el incivismo de mucha gente, ahora una vez declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1988 el gobierno turco se ha implicado en su restauración y poco a poco va recuperando parte de su fisonomia original.
Durante nuestra visita no llegamos a ver las terrazas con tanta agua como debia ser, pero la verdad es que sigue siendo un lugar espectacular.
Algunas de las piscinas no son las originales sino artificiales y han sido construidas siguiendo el patron de las naturales en la zona con mas afluencia turistica.
El lugar es tan grande que aunque le dedicamos varias horas no llegamos a ver ni la mitad de lo visitable, teniendo ademas la mala suerte de que una fuerte tormenta nos tuvo inmovilizados algo mas de dos horas.
Aqui vemos algunos restos arqueológicos de la ciudad romana de Hierapolis, con el anfiteatro al fondo, situada sobre el " Castillo de algodón". Siempre me han fascinado los romanos, ellos si que sabian donde y como hacer las cosas.
Unas fotos de las espectaculares piscinas de travertino con la pena de haberlas visto sin agua alguna.
En esta imagen una foto de la llamada Piscina de Cleopatra, de aguas termales, y llamada asi por haber sido visitada con frecuencia por Cleopatra VIII de Egipto, hija de Clepatra y Marco Antonio.
Magdalena dandose un baño en un lugar inigualable.
Fue cayendo la tarde y no nos dio tiempo visitar la zona norte de las piscinas, las que tenemos entendido son las mas espectaculares, y que dejamos para otra ocasión, si tenemos la suerte de volver.
De vuelta por la rampa de acceso y con los zapatos en la mano, para llegar a nuestro hotel, situado a corta distancia de la entrada al recinto.
Ultimas imagenes tomadas al atardecer y con el guarda apremiandonos por ser los ultimos turistas en abandonar el lugar.
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